Condiciones que evitan la preservación:
* descomposición rápida: Si un organismo descompone rápidamente, hay pocas posibilidades de que sus restos se conserven. Esto es más probable en ambientes cálidos y húmedos donde las bacterias y los hongos son abundantes.
* Scavenging: Los animales que se alimentan de cadáveres pueden destruirlos por completo, sin dejar ninguna posibilidad de fosilización.
* Erosión y meteorización: La exposición a elementos como el viento, la lluvia y la luz solar pueden descomponerse y erosionar permanece antes de que tengan la oportunidad de fosilizarse.
* Falta de sedimento: Los organismos deben ser enterrados rápidamente en sedimentos (como arena, barro o cenizas volcánicas) para protegerlos de la descomposición y la erosión.
* ambientes de alta energía: Las corrientes fuertes, las olas o las mareas pueden dispersar y separarse fácilmente.
Condiciones que hacen que la fosilización sea improbable:
* Organismos de cuerpo suave: Las criaturas sin partes duras como huesos, conchas o dientes tienen mucho menos probabilidades de fosilizarse. Sus tejidos suaves se descomponen rápidamente.
* Tamaño pequeño: Los pequeños organismos se destruyen más fácilmente por la descomposición, la eliminación y la erosión.
* Organismos poco comunes: Cuanto más abundante sea un organismo, mayores son las posibilidades de que al menos algunos de ellos se conserven. Los organismos raros tienen menos probabilidades de fosilizarse.
En resumen:
Las mejores condiciones para la formación de fósiles son aquellas que minimizan la descomposición, la eliminación, la erosión y la meteorización, al tiempo que permiten el entierro rápido en los sedimentos. Por el contrario, los entornos que promueven la descomposición rápida, la exposición y la falta de entierro son las peores condiciones para la formación fósil.