1. viento: El viento puede recoger y transportar sedimentos sueltos (erosión), llevándolo a través de distancias. Cuando el viento se ralentiza, pierde energía y deposita el sedimento (deposición), formando características como dunas de arena.
2. Agua: Mover el agua, ya sea en ríos, arroyos, océanos o incluso lluvia, puede erosionar las rocas y el suelo. A medida que disminuye la energía del agua, deposita el material erosionado, creando características como deltas, playas y lechos de ríos.
3. glaciares: Como sábanas masivas de hielo, los glaciares talavan valles y erosiones a través del proceso de abrasión. Cuando se derriten, depositan el material erosionado, formando morrientes glaciales y valles.