* El ciclo de roca: Las rocas cambian constantemente a través de un proceso llamado ciclo de roca. Las rocas ígneas se forman a partir del enfriamiento y solidificación de magma o lava. Para convertirse en rocas sedimentarias, deben seguir varios pasos:
1. Meteorización y erosión: Las rocas ígneas están expuestas a los elementos (viento, lluvia, hielo, etc.) y se descomponen en piezas más pequeñas. Este proceso se llama meteorización. Estas piezas son transportadas por viento, agua o hielo, un proceso llamado erosión.
2. Deposición: Los fragmentos de roca transportados finalmente se establecen en una nueva ubicación, a menudo en un lago, océano o lecho del río. Esto se llama deposición.
3. Compactación y cementación: Con el tiempo, se acumulan capas de sedimento, y el peso de las capas suprayacentes comprime las capas inferiores. Esto es compactación. Los minerales disueltos en el agua se filtran entre las partículas de sedimento y cristalizan, uniendo los granos en un proceso llamado cementación.
* La transformación: Este proceso transforma los fragmentos de rocas ígneas en rocas sedimentarias. No es una transformación directa, sino una serie de cambios desencadenados por la meteorización, la erosión, la deposición, la compactación y la cementación.
En resumen: Las rocas ígneas no se convierten mágicamente en rocas sedimentarias. Deben descomponerse, transportar y luego sufrir más procesos para formar rocas sedimentarias. Esta es una parte clave del ciclo de roca, que demuestra cómo las rocas cambian continuamente con el tiempo.