La tectónica de placas explica el movimiento de los continentes de la Tierra a través de la interacción de placas masivas que componen la litosfera de la Tierra (la capa externa rígida). Estas placas se mueven sobre una capa semifílida llamada astenosfera.
El controlador principal de la tectónica de placas, y por lo tanto la deriva continental, son las corrientes de convección dentro del manto de la Tierra. Este proceso es similar a una olla de agua hirviendo:
* El calor del núcleo de la Tierra hace que se levante el material caliente y menos denso en el manto.
* A medida que este material llega a la superficie, se enfría y se vuelve más denso, hundiéndose hacia abajo.
* Este ciclo continuo crea corrientes de convección que arrastran las placas tectónicas junto con ellas.
Otros factores también contribuyen al movimiento de la placa, incluyendo:
* Ridge Push: La fuerza de la nueva corteza oceánica que se crea en las crestas del océano medio empuja las placas existentes el uno del otro.
* PLATO DE LABLA: Las placas oceánicas densas subducen (tobogán) debajo de las placas continentales, tirando del resto de la placa junto con ellas.
En resumen, la explicación científica aceptada para la deriva continental es el movimiento de las placas tectónicas impulsadas por las corrientes de convección en el manto de la Tierra. Esta teoría ha sido apoyada por un vasto cuerpo de evidencia, que incluye:
* Formaciones geológicas coincidentes en los continentes.
* Evidencia fósil de especies idénticas encontradas en continentes distantes.
* datos paleomagnéticos que indican el movimiento de los continentes con el tiempo.
* Observación directa del movimiento de la placa utilizando la tecnología GPS.
Entonces, si bien la idea original de la deriva continental se basó en la observación y la especulación, se ha convertido en una teoría integral y bien respaldada de la tectónica de placas.