1. Altitud: Las altitudes más altas experimentan temperaturas más bajas. Esto se debe a que el aire se vuelve más delgado con altitud, y el aire contiene menos calor a densidades más bajas. A medida que la temperatura cae por debajo de la congelación, la precipitación cae como nieve en lugar de lluvia.
2. Latitud: Las montañas en latitudes más altas, más cerca de los polos, son más frías debido al ángulo de los rayos del sol. Esto significa que reciben menos luz solar directa y experimentan períodos más largos de temperaturas frías.
3. Levantamiento orográfico: Cuando el aire húmedo se eleva sobre las montañas, se enfría y se condensa, lo que lleva a la precipitación. Esto se llama ascensor orográfico. A medida que el aire continúa aumentando, la temperatura cae aún más, lo que hace que la precipitación caiga como nieve incluso en áreas que no suelen ser lo suficientemente frías para la nieve.
4. Patrones de viento: Los patrones de viento pueden transportar aire cargado de humedad a las montañas, aumentando las posibilidades de nevadas.
5. Acumulación de nieve: Una vez que la nieve cae sobre una montaña, puede acumularse con el tiempo, especialmente en áreas con altas tasas de nevadas y bajas temperaturas.
6. Formación de glaciar: En algunos casos, la acumulación de nieve puede conducir a la formación de glaciares, que son grandes masas de hielo que fluyen lentamente por las pendientes.
7. Variaciones estacionales: La cantidad de cubierta de nieve en una montaña varía mucho según la época del año. La nevada suele ser más pesada en invierno y primavera, y la nieve se derrite gradualmente durante los meses de verano.
En general, la combinación de altitud, latitud, ascensor orográfico, patrones de viento, acumulación de nieve y variaciones estacionales contribuye a la cubierta de nieve en las montañas.