El movimiento de los continentes es impulsado por corrientes de convección en el manto terrestre, la capa de la Tierra que se encuentra debajo de la corteza. Las corrientes de convección hacen que las placas tectónicas, que son grandes trozos de la corteza terrestre y el manto superior, se muevan. Los continentes están adheridos a las placas tectónicas, por lo que se mueven con ellas.
El movimiento de los continentes ha tenido un gran impacto en la historia de la Tierra. Por ejemplo, la colisión de la India y Asia creó el Himalaya, la cadena montañosa más alta del mundo. La apertura del Océano Atlántico separó América del Sur de África, creando la Cuenca del Océano Atlántico.
El movimiento de los continentes seguirá cambiando el paisaje de la Tierra en el futuro. Por ejemplo, el Océano Pacífico se está cerrando lentamente y, en unos 250 millones de años, América del Norte y del Sur chocarán, creando un supercontinente.