* Movimiento gradual: Algunas fallas se deslizan gradualmente, sin causar ningún temblor perceptible. Esto se llama fluencia. La fluencia es común en fallas ubicadas en áreas con altos niveles de calor y presión, como cerca de volcanes o en lo profundo de la corteza terrestre.
* Pequeño movimiento: Es posible que algunas fallas solo se muevan unos pocos milímetros o centímetros a la vez. Estos pequeños movimientos no son lo suficientemente grandes como para generar ondas sísmicas que puedan sentirse en la superficie.
* Tipo de roca: El tipo de roca que forma una falla también puede afectar si produce o no terremotos. Algunas rocas, como el granito, son más frágiles que otras, como el esquisto. Las rocas frágiles tienen más probabilidades de romperse repentinamente y generar ondas sísmicas.
Para producir un terremoto, el movimiento a lo largo de una falla debe ser repentino y lo suficientemente grande como para generar ondas sísmicas. La cantidad de movimiento necesario para generar un terremoto varía según el tamaño y el tipo de falla.