Un anillo de diamantes normalmente contiene solo un mineral, que es el diamante en sí. Los diamantes están compuestos casi en su totalidad de carbono, cristalizado en una estructura cristalina cúbica. Como resultado, son extremadamente duros y duraderos, lo que los hace ideales para su uso en joyería. También pueden estar presentes otros minerales en el anillo, como oro, platino u otros metales utilizados para el engaste del anillo.