Estos cambios en la presión del aire y los patrones del viento pueden provocar el movimiento del aire alrededor de las montañas, lo que puede percibirse como "respiración". Por ejemplo, cuando el aire caliente sube por la ladera de una montaña, puede crear una corriente ascendente, que es una corriente de aire ascendente. Esta corriente ascendente puede hacer que los vientos soplen hacia la ladera de la montaña, creando la ilusión de que la montaña está "inhalando".
De manera similar, cuando el aire frío desciende por la ladera de una montaña, puede crear una corriente descendente, que es una corriente de aire descendente. Esta corriente descendente puede hacer que los vientos soplen hacia abajo por la ladera de la montaña, creando la ilusión de que la montaña está "exhalando".
Además, las montañas también pueden experimentar cambios en la presión del aire debido a las condiciones climáticas. Por ejemplo, cuando un frente de tormenta se acerca a una cadena montañosa, puede provocar que la presión del aire baje, lo que puede provocar un aumento de los vientos y del movimiento del aire alrededor de las montañas. Esto también puede percibirse como "respiración".
En general, si bien las montañas no respiran de la misma manera que los animales o los humanos, pueden experimentar cambios en la presión del aire y los patrones del viento que pueden crear la ilusión de "respirar".