El gas menos abundante en la atmósfera primitiva de la Tierra era el oxígeno (O2). La atmósfera primitiva de la Tierra estaba compuesta principalmente de hidrógeno, helio, metano y amoníaco y había muy poco oxígeno. El oxígeno comenzó a acumularse en la atmósfera como resultado de la fotosíntesis de las cianobacterias, que evolucionaron hace unos 2.700 millones de años.