El calentamiento desigual de la superficie de la Tierra conduce a la formación de corrientes de convección dentro del manto terrestre. A medida que el sol calienta la superficie de la Tierra, las rocas del manto debajo de las áreas calentadas se expanden y se vuelven menos densas. Esto hace que se eleven hacia la superficie, creando corrientes de convección. Estas corrientes transportan calor desde el interior de la Tierra a la superficie, impulsando la tectónica de placas y otros procesos geológicos.