La erosión es el proceso por el cual las rocas y el suelo son transportados de un lugar a otro por la acción del viento, el agua o el hielo. La meteorización es el proceso por el cual las rocas se descomponen en pedazos más pequeños sin ser transportadas.
Las olas son el agente de erosión más importante a lo largo de la costa. A medida que las olas chocan contra los acantilados, erosionan la roca pieza por pieza. La fuerza de las olas está influenciada por varios factores, incluida la altura de las olas, la frecuencia de las olas y la presencia de material de playa.
La erosión no se limita a la base de los acantilados. El viento también puede erosionar los acantilados desde arriba. La erosión eólica es especialmente eficaz en zonas con fuertes vientos y poca vegetación para proteger los acantilados.
La meteorización también influye en la formación de promontorios y bahías. Las rocas que forman los acantilados están constantemente sometidas a los efectos de la meteorización. Este proceso de erosión descompone la roca, haciéndola más susceptible a la erosión.
Los procesos de erosión y meteorización trabajan juntos para formar promontorios y bahías. Los promontorios son áreas de tierra que se proyectan hacia el mar y están rodeadas de agua por tres lados. Las bahías son áreas de tierra que se curvan hacia adentro desde el mar y están protegidas de las olas.
Los promontorios se forman cuando las olas erosionan los acantilados a ambos lados de una cresta de tierra. A medida que los acantilados se erosionan, la cresta de tierra se vuelve más estrecha y más larga, hasta formar finalmente un promontorio. Las bahías se forman cuando las olas erosionan los acantilados en una zona más protegida de la costa. Los acantilados de estas zonas no están tan expuestos al oleaje, por lo que se erosionan más lentamente. Como resultado, se forma gradualmente una bahía.
La formación de promontorios y bahías es un proceso continuo. Las olas y el viento seguirán erosionando los acantilados y el proceso de erosión seguirá rompiendo las rocas. Como resultado, los promontorios y bahías seguirán cambiando con el tiempo.