Licuefacción: Los suelos sueltos, como los arenosos o saturados de agua, son más susceptibles a la licuefacción durante los terremotos. La licuefacción ocurre cuando las partículas sólidas del suelo pierden su cohesión y se comportan como un líquido debido a una intensa agitación. Esto puede hacer que el suelo se vuelva inestable y pierda su capacidad de carga, provocando importantes daños estructurales a los edificios.
Amplificación de tierra: El suelo y las rocas sueltas pueden amplificar la intensidad de las ondas sísmicas, provocando temblores más fuertes del suelo. Este fenómeno, conocido como amplificación del suelo, ocurre porque los materiales sueltos tienden a vibrar más vigorosamente y a resuenar con las frecuencias del terremoto. Como resultado, las estructuras construidas sobre suelo suelto experimentan mayores fuerzas sísmicas y son más propensas a sufrir daños.
Liquidación Diferencial: El suelo suelto puede sufrir asentamientos o hundimientos importantes después de un terremoto. Esto se debe a que la sacudida hace que las partículas del suelo se muevan y se compacten, lo que resulta en un movimiento desigual del suelo. El asentamiento diferencial puede hacer que los edificios se inclinen, se agrieten o incluso colapsen, especialmente si tienen cimientos rígidos que no pueden soportar el movimiento desigual.
Resonancia estructural: Los edificios construidos sobre suelo suelto son más susceptibles a la resonancia estructural, que ocurre cuando la frecuencia natural del edificio coincide con la frecuencia de las ondas sísmicas. La resonancia puede amplificar el temblor y causar daños graves a la estructura del edificio, lo que podría provocar un colapso parcial o total.
Pérdida de soporte lateral: El suelo y las rocas sueltas pueden proporcionar menos soporte lateral a los edificios durante los terremotos. Esto es particularmente preocupante para las estructuras más altas, que dependen de un soporte lateral adecuado para resistir las fuerzas horizontales generadas por los temblores sísmicos. La falta de soporte lateral en suelos sueltos puede provocar un balanceo excesivo, grietas y, en última instancia, fallas estructurales.
Teniendo en cuenta estos factores, los edificios construidos sobre tierra suelta y roca se consideran más vulnerables a los daños sísmicos y, a menudo, están sujetos a códigos de construcción y requisitos de ingeniería más estrictos en regiones propensas a terremotos.