El desafío al estudiar microfósiles potenciales en condritas carbonosas radica en distinguir entre estructuras biológicas genuinas y formaciones minerales inorgánicas o contaminantes. Además, las condiciones extremas que experimentan estos meteoritos durante su formación y viaje por el espacio pueden alterar o destruir cualquier evidencia potencial de vida antigua.
A pesar del debate en curso, las condritas carbonosas han proporcionado información valiosa sobre el sistema solar primitivo y los posibles precursores de la vida. Contienen una rica diversidad de moléculas orgánicas, aminoácidos y otros componentes esenciales para la vida, lo que sugiere que el sistema solar primitivo era un entorno favorable para la química prebiótica.
Otros avances en técnicas y metodologías analíticas pueden arrojar más luz sobre esta intrigante pregunta en el futuro, permitiendo a los científicos identificar con confianza arqueas bacterias fosilizadas o proporcionar explicaciones alternativas para las microestructuras observadas.