1. Producción de cemento:
El cemento, el principal aglutinante del hormigón, es responsable de una parte importante de su huella de carbono. Durante la producción de cemento, la piedra caliza y otras materias primas se calientan a altas temperaturas, liberando dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Este proceso representa alrededor del 60-70% de las emisiones de carbono del hormigón.
2. Agregados:
Los agregados, como arena, grava o piedra triturada, constituyen un gran volumen de hormigón. Si bien la extracción y el procesamiento de áridos generan menores emisiones de carbono en comparación con el cemento, siguen contribuyendo a la huella general.
3. Transporte:
El transporte de materias primas y hormigón premezclado a las obras de construcción también genera emisiones de carbono, especialmente cuando se trata de largas distancias. El impacto ambiental del transporte puede variar según el modo de transporte y la eficiencia.
4. Longevidad del hormigón:
En el lado positivo, el hormigón es conocido por su durabilidad y longevidad. Su larga vida útil significa que puede funcionar durante varias décadas, compensando potencialmente las emisiones asociadas con su producción.
5. Secuestro de carbono:
El hormigón en sí tiene el potencial de absorber y almacenar dióxido de carbono con el tiempo mediante un proceso llamado carbonatación. Sin embargo, el alcance del secuestro de carbono en el hormigón aún se está estudiando y es posible que no se mitigue por completo su impacto de carbono.
6. Carpetas alternativas:
Se están realizando investigaciones y desarrollo para identificar aglutinantes alternativos que puedan reducir las emisiones de carbono en la producción de hormigón. Los materiales cementosos suplementarios (SCM), como las cenizas volantes y la escoria, pueden reemplazar parcialmente al cemento y reducir las emisiones de CO2.
7. Prácticas Sostenibles:
La adopción de prácticas sostenibles durante todo el ciclo de vida del hormigón puede ayudar a minimizar su huella de carbono. Esto incluye el uso de agregados reciclados, la optimización de los diseños de mezclas de concreto y la incorporación de técnicas energéticamente eficientes en la producción y la construcción.
Conclusión:
Si bien el hormigón tiene una huella de carbono importante debido principalmente a la producción de cemento, se están realizando esfuerzos para mitigar su impacto ambiental. Al explorar aglutinantes alternativos, adoptar prácticas sustentables y considerar la durabilidad del concreto y su potencial para el secuestro de carbono, es posible crear un concreto más amigable con el medio ambiente para la construcción sustentable.