Los microbios que habitan en los acuíferos de aguas profundas debajo de la Cordillera del Atlántico Medio son un grupo diverso de organismos. Algunas son bacterias, mientras que otras son arqueas. Han evolucionado para sobrevivir en las condiciones extremas que se encuentran en este entorno, que incluye altos niveles de dióxido de carbono disuelto y muy poco oxígeno.
Una de las funciones más importantes que desempeñan estos microbios es su capacidad para fijar carbono. Este proceso implica tomar dióxido de carbono disuelto del agua circundante y convertirlo en compuestos orgánicos, que luego pueden ser utilizados como alimento por otros organismos. Este proceso ayuda a hacer circular el carbono a través del ecosistema y apoya el crecimiento de otros organismos que viven en las profundidades del mar.
Además de fijar carbono, los microbios de los acuíferos de aguas profundas también desempeñan un papel en la descomposición de la materia orgánica. Este proceso ayuda a liberar nutrientes nuevamente al agua, que luego pueden ser utilizados por otros organismos del ecosistema. Este reciclaje de nutrientes es esencial para el funcionamiento del ecosistema de las profundidades marinas.
El descubrimiento de estos microbios y su papel en el ciclo del carbono tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión de las profundidades marinas y su papel en el ciclo global del carbono. Muestra que incluso en ambientes extremos, la vida puede prosperar y desempeñar papeles importantes en el ciclo de los nutrientes. Este conocimiento puede ayudarnos a comprender mejor el impacto de las actividades humanas en las profundidades del mar y las implicaciones para el ciclo global del carbono.