"Nuestro estudio proporciona nuevos conocimientos sobre los procesos que controlaron el crecimiento y retroceso de los glaciares durante la última edad de hielo", dijo el autor principal, el Dr. Christopher Plude, investigador postdoctoral en Lamont-Doherty. "Esta información podría ayudarnos a predecir mejor cómo responderán los glaciares al cambio climático futuro".
Los investigadores utilizaron una variedad de datos para desarrollar su modelo, incluidas mediciones del flujo actual del río y la carga de sedimentos, así como evidencia geológica de cambios pasados en el curso del río. Descubrieron que los cambios en el flujo del río y la carga de sedimentos hacían que el glaciar creciera y retrocediera de diferentes maneras.
Por ejemplo, cuando el caudal del río era alto, arrastraba más sedimentos río abajo y los depositaba en la superficie del glaciar. Este sedimento actuó como una manta que aisló el glaciar del calor del sol, provocando que se volviera más grueso. Por el contrario, cuando el caudal del río era bajo, arrastraba menos sedimentos río abajo y el glaciar quedaba expuesto a más calor, lo que provocaba su retroceso.
Los investigadores también descubrieron que el caudal del río y la carga de sedimentos estaban influenciados por los cambios climáticos. Por ejemplo, durante los períodos de clima frío, el caudal del río era mayor y arrastraba más sedimentos río abajo. Esto hizo que el glaciar se hiciera más grueso. Por el contrario, durante los períodos de clima cálido, el caudal del río era menor y transportaba menos sedimentos río abajo. Esto provocó que el glaciar retrocediera.
El modelo de los investigadores proporciona una nueva forma de comprender cómo crecieron y retrocedieron los glaciares durante la última edad de hielo. Esta información podría ayudarnos a predecir mejor cómo responderán los glaciares al cambio climático futuro.