Un equipo internacional, que incluye investigadores de la Universidad de Toronto y la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados, informa que un cráneo humano fragmentado encontrado en España proporciona la evidencia más antigua de violencia interpersonal.
Publicado hoy en la revista PLOS ONE, el equipo estudió un casquete parcial (la parte superior de un cráneo humano) desenterrado en un sitio conocido como la Sima de los Huesos, ubicado en las montañas de Atapuerca en el norte de España. El cráneo pertenece a un homínido femenino.
Los investigadores encontraron numerosas marcas de cortes y hendiduras hechas con herramientas de piedra en la superficie del hueso y también en el interior, que casi con certeza fueron hechas cuando ella aún estaba viva, lo que sugiere violencia interpersonal.
"Estamos ante la escena de un crimen de hace medio millón de años, aunque podríamos estar presenciando sólo el acto final de una secuencia más larga de acontecimientos violentos", afirma João Zilhão, profesor emérito del departamento de antropología de la Universidad de Toronto en Mississauga. .
Los investigadores señalan que en el yacimiento de Atapuerca se ha encontrado una importante colección de fósiles de homínidos, pertenecientes a la especie Homo antecessor, que se asocian a herramientas de piedra y restos de animales.
El equipo de investigación cree que el asesinato probablemente fue llevado a cabo por miembros del mismo grupo de homínidos y no por especies diferentes, como se ha propuesto en otros casos de violencia de homínidos antiguos.
"Si los individuos Sima participaban en agresiones interpersonales letales y no letales de forma regular, como parecen indicar nuestros hallazgos y el contexto arqueológico, no debería sorprendernos que este comportamiento se repita más adelante en otros lugares y en diferentes especies humanas". dice Zilhão.
Los investigadores esperan que sus hallazgos arrojen nueva luz sobre la evolución del comportamiento humano, particularmente el lado oscuro:nuestra naturaleza violenta.
"A pesar de muchas décadas de estudiar los primeros restos humanos y su contexto arqueológico, todavía estamos en las primeras etapas de comprensión no sólo de los orígenes de nuestra especie, sino también de nuestra propensión a la violencia", dice Zilhão.