Esto se debe a una variedad de factores, incluida la fuerte influencia de la industria petrolera en el estado, el control del gobierno federal sobre la perforación en alta mar y la falta de un camino claro a seguir para una transición a la energía renovable.
La industria petrolera es un poderoso lobby en California y ha podido bloquear con éxito los esfuerzos para poner fin a las perforaciones en alta mar en el estado. La industria sostiene que la perforación en alta mar es necesaria para mantener la economía del estado y proporcionar empleos a sus residentes.
La perforación costa afuera está regulada por el gobierno federal y el estado tiene autoridad limitada para imponer sus propias regulaciones. El gobierno federal se ha mostrado reacio a tomar medidas sobre la perforación en alta mar, citando preocupaciones sobre el impacto potencial en la economía.
Además, no existe un camino claro a seguir para una transición hacia las energías renovables. Si bien California ha realizado importantes inversiones en fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, actualmente estas fuentes no pueden proporcionar suficiente energía para reemplazar los combustibles fósiles.
Como resultado de estos factores, California no ha podido poner fin a la perforación en alta mar. Esto ha tenido un impacto devastador en el medio ambiente y la salud pública del estado. Los derrames de petróleo y otros accidentes han matado la vida marina, contaminado las playas y causado enfermedades respiratorias en los residentes.
A pesar de los desafíos, los esfuerzos para poner fin a las perforaciones marinas en California continúan. Los grupos ecologistas y los ciudadanos preocupados siguen presionando para que se adopten leyes y otras medidas que pongan fin a esta práctica destructiva para el medio ambiente.