Cuando las profundidades del océano se vuelven anóxicas, puede provocar una disminución en la cantidad de oxígeno disponible para ser reciclado nuevamente al manto de la Tierra. Esto puede provocar que disminuya la fugacidad de oxígeno del manto, lo que a su vez puede provocar cambios en la composición de los magmas producidos por los márgenes convergentes.
Uno de los efectos más significativos de los OAE en los magmas de margen convergente es un aumento en la cantidad de hierro en el magma. El hierro es un elemento altamente reactivo que se oxida fácilmente, por lo que cuando la fugacidad de oxígeno del manto disminuye, más hierro puede permanecer en el magma. Esto puede conducir a la formación de minerales ricos en hierro, como magnetita y piroxeno, en magmas de margen convergente.
Además de aumentar la cantidad de hierro en el magma, los OAE también pueden afectar la composición de otros elementos del magma. Por ejemplo, los OAE pueden provocar un aumento de la cantidad de azufre en el magma, lo que puede provocar la formación de minerales sulfurados, como la pirita y la calcopirita. Los OAE también pueden provocar una disminución de la cantidad de calcio en el magma, lo que puede provocar la formación de más minerales sódicos, como la plagioclasa y los anfíboles.
Los efectos de los OAE sobre los magmas de margen convergente pueden tener un impacto significativo en la composición y evolución de la corteza terrestre. Los OAE pueden conducir a la formación de nuevos tipos de rocas y minerales y también pueden afectar la composición de la atmósfera y los océanos de la Tierra.