Las zonas de deformación están diseñadas para deformarse y absorber la energía de una colisión, disipándola en forma de calor y sonido. Esto ayuda a proteger a los ocupantes del vehículo reduciendo las fuerzas que se ejercen sobre ellos. Las zonas de deformación suelen estar hechas de metal delgado y liviano que está diseñado para colapsar de manera controlada. En caso de colisión, la zona de deformación absorberá la energía del impacto y la desviará fuera del habitáculo. Esto ayuda a evitar que los pasajeros resulten heridos por la fuerza de la colisión.