2. Mayor productividad: Los estudios han demostrado que los empleados que trabajan cuatro días a la semana suelen ser más productivos que los que trabajan cinco días a la semana. Esto se debe a que tienen más tiempo para descansar y recargar energías, lo que puede conducir a una mayor concentración y creatividad.
3. Costos reducidos para los empleadores: Una semana laboral de cuatro días podría ahorrar dinero a los empleadores en espacio de oficina, servicios públicos y otros costos generales. Además, podría reducir la rotación de empleados y el ausentismo, lo que también puede ahorrar dinero a las empresas.
4. Beneficios medioambientales: Una semana laboral de cuatro días reduciría la congestión del tráfico y la contaminación, así como un menor consumo de energía. Esto podría tener un impacto positivo en el medio ambiente y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
5. Impulso a la economía: Una semana laboral de cuatro días podría generar un aumento del gasto de los canadienses, ya que tendrían más tiempo para realizar actividades de ocio y perseguir sus intereses. Esto podría ayudar a impulsar la economía y crear empleos.