La energía solar, que proporciona energía limpia del sol, está en auge en los Estados Unidos y en todo el mundo. El costo de la instalación de energía solar ha disminuido en más del 70 por ciento desde 2010. En la última década, la energía solar ha experimentado una tasa de crecimiento anual promedio del 68 por ciento. Muchos hogares y empresas que cambian a la energía solar ahorran dinero y disminuyen su huella ecológica.
Aunque no hay duda de que la energía solar puede ser una solución importante para muchos de los problemas energéticos del mundo, no es una píldora mágica. Algunos estudios muestran que la energía solar tiene considerables inconvenientes medioambientales.
Uso de la tierra
Los paneles solares a gran escala ocupan mucho espacio, lo que puede provocar la degradación del medio ambiente y la pérdida de hábitats. Las granjas solares que cubren una gran cantidad de tierra probablemente tengan un impacto en la fauna y flora local, particularmente en las aves. Las granjas solares también pueden inhibir el crecimiento de la vegetación local y dañar la agricultura. A diferencia de la energía eólica, los paneles solares no pueden compartir la tierra que ocupan para otros usos.
Los paneles solares a pequeña escala para uso doméstico no requieren mucha tierra. Sin embargo, a nivel industrial, la gran cantidad de espacio requerido para que los paneles produzcan energía es un desafío.
Además, muchas personas sienten que los paneles solares a escala de utilidad crean una perturbación estética para las comunidades cercanas. .
Uso del agua
Crear energía con paneles solares fotovoltaicos es un proceso que requiere mucho agua. Aunque las células solares no usan agua para generar electricidad, el proceso de fabricación requiere algo de agua.
En los Estados Unidos, la producción de electricidad representa más del 40 por ciento de todas las extracciones diarias de agua dulce. Aunque parte de esta agua se puede reutilizar, la abundancia de paneles solares en un área podría poner a prueba los recursos hídricos locales.
Productos químicos tóxicos
El proceso de fabricación fotovoltaica emplea productos químicos tóxicos como ácido clorhídrico, ácido sulfúrico, ácido nítrico, fluoruro de hidrógeno, 1,1,1-tricloroetano y acetona. Si los fabricantes no siguen estrictamente las leyes y reglamentaciones, estos productos químicos pueden presentar riesgos importantes para la salud, en particular para los trabajadores de fabricación.
Además, si los paneles solares no se eliminan adecuadamente, estos productos químicos tóxicos pueden un peligro ambiental. Los paneles solares crean 300 veces más residuos tóxicos por unidad de energía que las centrales nucleares.
A menudo, los paneles terminan en vertederos de desechos electrónicos en países en desarrollo como India, China y Ghana, donde estos productos químicos tóxicos podrían crear efectos devastadores para la salud de los residentes de las comunidades cercanas.