Las granjas solares aprovechan la energía del sol para crear energía eléctrica limpia y renovable. A diferencia de los combustibles fósiles como el carbón, la generación de electricidad a partir de fuentes renovables, como la energía solar, no genera emisiones nocivas para la salud humana y el medio ambiente. Sin embargo, las granjas solares también plantean desafíos ambientales reales, incluida la degradación del hábitat y el daño a la vida silvestre.
Reducción de emisiones
Casi el 70 por ciento de la energía eléctrica en los EE. UU. Proviene de combustibles fósiles como el carbón y el gas natural y el petróleo a partir de 2010. La quema de estas sustancias libera sustancias químicas a la atmósfera, incluidos los gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático, y los productos químicos tóxicos como el mercurio y el arsénico. En contraste, la energía solar produce poca o ninguna emisión, porque no usa combustibles químicos. Como la electricidad de las granjas solares suplanta la energía de las plantas de carbón, reducen la producción química global en el medio ambiente.
Daño a la vida silvestre
Para proporcionar una cantidad significativa de energía eléctrica, las granjas solares requieren grandes extensiones de tierra. Los estados occidentales como California tienen desiertos con abundante espacio y sol, pero estas áreas también son hábitats naturales que sustentan la vida silvestre. Por ejemplo, los informes ambientales subestimaron la cantidad de tortugas del desierto que serían desplazadas por el Sistema de generación solar Ivanpah en el desierto de Mojave en California. La misma granja solar también quedó bajo escrutinio cuando se reportó un número creciente de muertes de aves en sus instalaciones. Muchas de sus alas habían sido derretidas o quemadas por el calor de los espejos de la granja solar.
Degradación del hábitat
El impacto que las granjas solares tienen en especies individuales puede enviar ondas a través de ecosistemas enteros. Por ejemplo, los animales como las lechuzas en el desierto de Mojave en California dependen de madrigueras excavadas por las tortugas del desierto como refugio (ver referencia 4). Cuando las granjas solares dañan o eliminan especies dentro de un hábitat, también eliminan los valiosos servicios ecosistémicos que proporcionan al hábitat. El hábitat se vuelve menos habitable para las plantas y la vida silvestre que se han adaptado a sus condiciones específicas.
Debate ambiental
La controversia en torno a los proyectos solares ha causado división entre los ambientalistas. El desarrollo de la energía renovable y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero son objetivos importantes para muchos defensores del medio ambiente, pero también lo es la conservación del hábitat y la diversidad de especies. Estas posturas ofrecen argumentos ambientales válidos tanto a favor como en contra de las granjas de energía solar. Puede que no haya una respuesta perfecta para este problema, pero es importante reconocer ambas opiniones en el debate para encontrar soluciones razonables.