1. baterías: Las baterías utilizan reacciones químicas para generar electrones. Dentro de una batería, se produce una reacción química en el ánodo, liberando electrones y formando un ion positivo. Los electrones viajan a través de un circuito externo al cátodo, donde se combinan con iones positivos y completan el circuito.
2. Células solares: Las células solares convierten la energía de la luz en energía eléctrica. Cuando la luz solar golpea un material fotovoltaico (como el silicio), energiza los electrones, lo que hace que salten a un nivel de energía más alto. Estos electrones energizados pueden fluir a través de un circuito externo, creando una corriente eléctrica.
3. Generadores: Los generadores usan inducción electromagnética para producir electricidad. Cuando un conductor (como una bobina de alambre) se mueve a través de un campo magnético, experimenta una fuerza que hace que los electrones fluyan. Esto crea una corriente eléctrica.
4. Generadores termoeléctricos: Los generadores termoeléctricos utilizan el efecto Seebeck para convertir la energía térmica en energía eléctrica. Cuando existe una diferencia de temperatura en dos tipos diferentes de materiales, los electrones fluyen desde el material más caliente hasta el más frío, creando una corriente eléctrica.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo los humanos han aprovechado el flujo de electrones para generar electricidad.