1. Componentes: Los sistemas están compuestos por piezas o elementos individuales que interactúan entre sí. Estos componentes pueden ser objetos físicos, procesos o incluso conceptos abstractos.
2. Interconexiones: Los componentes dentro de un sistema no están aislados, sino que se conectan e influyen entre sí. Estas interconexiones pueden ser directas o indirectas, y definen cómo funciona el sistema en su conjunto.
3. Propósito: Los sistemas están diseñados o evolucionan para lograr un objetivo u objetivo específico. Este propósito impulsa las interacciones entre los componentes y determina el comportamiento general del sistema.
Si bien estos son tres aspectos fundamentales de todos los sistemas, la naturaleza específica y la complejidad de estas características pueden variar mucho dependiendo del sistema en cuestión.