Preguntas rápidas:Haga preguntas rápidas que requieran que la persona piense con rapidez. Esto puede alterar su capacidad para mantener una historia inventada.
Sobrecarga de memoria:Presentar a la persona una tarea compleja o una serie de preguntas que sobrecarguen su memoria de trabajo. Esto puede hacer que les resulte más difícil hacer un seguimiento de sus mentiras.
Interrupciones inesperadas:interrumpa a la persona durante su historia con preguntas o tareas no relacionadas. Esto puede alterar su proceso de pensamiento y hacer que les resulte más difícil mantener su engaño.
Monitoreo del movimiento ocular:preste atención a los movimientos oculares. Los mentirosos pueden evitar el contacto visual directo o exhibir movimientos oculares inusuales.
Análisis de la expresión facial:busque microexpresiones, expresiones faciales breves que puedan revelar emociones verdaderas. Los mentirosos pueden mostrar estas expresiones incluso si intentan ocultar sus emociones.
Análisis del lenguaje corporal:observe las señales del lenguaje corporal, como inquietud, gestos excesivos o cambios de postura. Los mentirosos pueden mostrar estas señales cuando se sienten ansiosos o incómodos.
Contacto físico:los estudios sugieren que el contacto físico, como tocar el brazo o el hombro de la persona, puede aumentar su ansiedad y hacerla más propensa a cometer un desliz en sus mentiras.
Fomente los detalles:Pídale a la persona que explique detalles específicos de su historia. Los mentirosos pueden tener dificultades para proporcionar detalles específicos y coherentes.
Uso de accesorios:introduzca accesorios u objetos inesperados durante la conversación. Los mentirosos pueden reaccionar de maneras inesperadas cuando se enfrentan a algo inesperado.
Recuerde que es posible que estas técnicas no siempre sean infalibles y es importante evaluar la totalidad del comportamiento de la persona, las señales verbales y no verbales para realizar una evaluación precisa.