Existe un consenso cada vez mayor entre los científicos de que el cambio climático está teniendo un impacto significativo en la seguridad alimentaria. El Quinto Informe de Evaluación del IPCC, publicado en 2014, concluyó que "es probable que el cambio climático tenga un impacto negativo en la producción y la seguridad alimentaria, particularmente en los países en desarrollo".
El informe encontró que el cambio climático ya está afectando el rendimiento de los cultivos, la producción ganadera y la pesca. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Nature Climate Change en 2015 encontró que el cambio climático podría reducir el rendimiento global de los cultivos hasta en un 30% para finales de siglo.
El cambio climático también está dificultando que los agricultores se adapten a las condiciones cambiantes. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Global Environmental Change en 2016 encontró que el cambio climático podría dificultar que los agricultores de África cultiven maíz, un cultivo básico para muchas personas en la región.
Los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria ya se están sintiendo en todo el mundo. Por ejemplo, en 2017, una sequía en África Oriental provocó una crisis alimentaria que afectó a más de 20 millones de personas.
Dado el creciente consenso sobre los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria, hay llamados para el establecimiento de un IPCC para la alimentación. Un panel de este tipo proporcionaría a los formuladores de políticas evaluaciones periódicas de la base científica de los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria y ayudaría a informar las políticas para abordar estos impactos.
La idea de un IPCC para la alimentación ha ido ganando terreno en los últimos años. En 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó un informe en el que pedía el establecimiento de un organismo similar al IPCC para la alimentación. El informe sostenía que un organismo de este tipo ayudaría a mejorar la seguridad alimentaria al proporcionar a los responsables de las políticas mejor información sobre los impactos del cambio climático en la producción y distribución de alimentos.
La idea de un IPCC para la alimentación también ha sido respaldada por varios científicos y expertos en el campo de la seguridad alimentaria. En 2016, un grupo de científicos publicó un artículo en la revista Nature Food pidiendo el establecimiento de un IPCC para los alimentos. El documento sostenía que un organismo de este tipo ayudaría a "crear conciencia sobre la necesidad urgente de actuar para abordar el cambio climático y la seguridad alimentaria".
El establecimiento de un IPCC para la alimentación sería un importante paso adelante en la lucha contra el cambio climático y la inseguridad alimentaria. Un organismo de este tipo proporcionaría a los responsables de las políticas la información que necesitan para tomar decisiones informadas sobre cómo abordar estos desafíos y ayudaría a garantizar que los sistemas alimentarios del mundo sean resilientes a los impactos del cambio climático.