Los opioides son una clase de drogas que incluyen heroína, morfina y oxicodona. Se utilizan para aliviar el dolor, pero también pueden resultar adictivos. La adicción a los opioides es un problema grave en los Estados Unidos, con más de 2 millones de personas adictas a los opioides en 2017.
Hay una serie de factores que contribuyen a la adicción a los opioides, incluido el alto potencial de abuso de la droga, la facilidad con la que se puede obtener y la falta de opciones de tratamiento eficaces.
Los investigadores están trabajando para desarrollar nuevos opioides que sean menos adictivos. Un enfoque consiste en desarrollar fármacos que tengan una menor afinidad por los receptores opioides del cerebro. Esto los haría menos propensos a producir euforia y adicción.
Otro enfoque es desarrollar fármacos que tengan una duración de acción más corta. Esto los haría menos propensos a causar dependencia física.
Por último, los investigadores también están trabajando para desarrollar fármacos que tengan mecanismos incorporados para prevenir la adicción. Por ejemplo, se están desarrollando algunos medicamentos que liberan un antagonista que bloquea los receptores opioides después de un cierto período de tiempo.
Estas son sólo algunas de las formas en que los investigadores están trabajando para hacer que los opioides sean menos adictivos. Con investigaciones continuas, es posible que algún día podamos evitar que la adicción a los opioides se convierta en un problema grave.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de drogas que se están desarrollando para ser menos adictivas:
* Buprenorfina Es un agonista opioide parcial que se utiliza para tratar la adicción a los opioides. Tiene un menor potencial de abuso que otros opioides y puede ayudar a reducir los antojos y los síntomas de abstinencia.
* Metadona es un agonista opioide completo que también se usa para tratar la adicción a los opioides. Tiene una acción de larga duración, lo que hace que sea menos probable que cause síntomas de abstinencia.
* Naltrexona es un antagonista de opioides que se utiliza para prevenir la recaída de opioides. Bloquea los efectos de los opioides y puede ayudar a reducir los antojos y prevenir recaídas.
Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas drogas que se están desarrollando para que sean menos adictivas. Con investigaciones continuas, es posible que algún día podamos evitar que la adicción a los opioides se convierta en un problema grave.