Si bien el esquema de control basado en movimiento de la Wii fue inicialmente elogiado por ser innovador y accesible, eventualmente se convirtió en una limitación para la consola. El esquema de control no era adecuado para todo tipo de juegos y, en ocasiones, podía resultar difícil controlar la acción en pantalla. Esto dificultó que la consola compitiera con otras consolas que ofrecían esquemas de control más tradicionales.