La eficacia de las autopistas inteligentes puede verse comprometida por sensores de tráfico débiles. Estos sensores monitorean los volúmenes de tráfico en tiempo real. Sin embargo, debido a factores como la acumulación de suciedad o las inclemencias del tiempo, la sensibilidad del sensor puede deteriorarse, lo que dificulta una detección confiable. Este deterioro compromete la recopilación precisa de datos del tráfico, lo que influye en las medidas de gestión de la congestión en las autopistas.