Los niños diseñados, también conocidos como ingeniería genética, no son posibles actualmente y siguen siendo en gran medida teóricos. El concepto implica alterar la composición genética de un niño para mejorar ciertos rasgos o eliminar trastornos genéticos. Los niños diseñadores no son posibles porque es necesario abordar muchas cuestiones éticas, legales y científicas antes de que esta tecnología pueda convertirse en realidad.