Crédito:Pixabay/CC0 Dominio público
¿Cuáles son las barreras para la adopción de los coches eléctricos? Aunque se han eliminado los principales obstáculos financieros y tecnológicos, su cuota de mercado aún debe aumentar. En un estudio reciente, un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) investigó los factores cognitivos que todavía disuaden a muchas personas de cambiarse a los coches eléctricos. Descubrieron que los propietarios de automóviles subestiman sistemáticamente la capacidad de los rangos de manejo eléctricos para satisfacer sus necesidades diarias. Estos resultados, publicados en Nature Energy , abre nuevas vías para acelerar la electrificación de la movilidad además de los enfoques políticos convencionales.
El aumento de los gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera es una de las principales causas del calentamiento global. Entre los GEI se encuentra el dióxido de carbono, el conocido CO2 —de los cuales el sector del transporte es uno de los principales emisores. Los vehículos de combustible fósil por sí solos representan casi el 18 % del CO2 global emisiones La electrificación del parque de vehículos se ha convertido, por tanto, en uno de los grandes retos de la transición energética.
El número de vehículos eléctricos está aumentando en muchos países. Sin embargo, todavía están lejos de tener la cuota de mercado que permitiría una reducción significativa de las emisiones del tráfico rodado. En 2020, representaron solo el 1% de la flota mundial de vehículos, incluidos los vehículos híbridos. Para cumplir los objetivos climáticos para 2030, esta proporción debe alcanzar al menos el 12 %.
Está (casi) todo en la cabeza
Ahora que se han eliminado las principales barreras financieras y tecnológicas (precios de compra más asequibles, incentivos financieros, red más densa de estaciones de carga), ¿qué factores siguen bloqueando la adopción generalizada de este modo de transporte? Gran parte de la respuesta radica en los sesgos cognitivos y los atajos de los conductores de automóviles.
“Hasta ahora, las iniciativas relacionadas con la transición energética generalmente se centraban en las barreras tecnológicas y financieras para su realización. Se ha prestado muy poca atención a los factores psicológicos. Sin embargo, muchos estudios muestran que los individuos no adoptan automáticamente los comportamientos más beneficiosos para ellos mismos o para la sociedad. , muchas veces por falta de acceso a información completa”, explica Mario Herberz, primer autor del estudio e investigador del Laboratorio de Decisión del Consumidor y Comportamiento Sustentable del Departamento de Psicología de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE.
La solución:Información a medida
Al entrevistar a más de 2000 conductores de automóviles de diferentes orígenes y edades en Alemania y Estados Unidos, los científicos de UNIGE identificaron la fuente de los sesgos cognitivos que les impedían adoptar un vehículo eléctrico. "Observamos que los participantes subestimaron sistemáticamente la compatibilidad de las capacidades de las baterías eléctricas disponibles en el mercado actual con sus necesidades reales", dice Tobias Brosch, director del Consumer Decision and Sustainable Behavior Laboratory y último autor de la investigación.
En otras palabras, los consumidores creen erróneamente que la autonomía de las baterías actuales no es suficiente para cubrir sus desplazamientos diarios. Esta subestimación es sustancial, los investigadores la estiman en alrededor del 30%. “Para tranquilizar a la gente, la solución no es solo densificar la red de estaciones de carga o aumentar el tamaño de las baterías, que requieren recursos más escasos como el litio y el cobalto. Es el suministro de información adaptada a las necesidades concretas de los conductores lo que permitirá reducir su preocupación y aumentar su disposición a adoptar un vehículo eléctrico", explica Mario Herberz.
250 kilómetros, la autonomía ideal
El equipo de investigación descubrió que más del 90 % de los viajes en automóvil podrían completarse con vehículos con un rango de manejo de 200 kilómetros, un rango modesto entre las baterías disponibles actualmente. “La tendencia es aumentar el rendimiento, pero hemos observado que una mayor autonomía, más allá de los 300 km por ejemplo, no aumenta el ajuste a las necesidades diarias. Solo tendría un impacto mínimo en la cantidad de viajes adicionales que se pueden completar con uno. carga eléctrica. Por lo tanto, aumentar el tamaño de las baterías no es un elemento clave en la transición energética”, dice Mario Herberz.
Esta investigación, parcialmente financiada por la Oficina Federal de Energía de Suiza, demuestra la importancia de los factores psicológicos y el acceso a información relevante al implementar la transición energética. Abre nuevas vías para promover la electrificación de la movilidad con intervenciones científicamente informadas, como complemento a los enfoques políticos convencionales.