Este movimiento va en contra del gradiente de concentración, que es la tendencia natural de las sustancias a moverse de áreas de alta concentración a áreas de baja concentración.
Para lograr este movimiento, el transporte activo requiere energía , que generalmente es suministrado por ATP (trifosfato de adenosina). Este gasto de energía permite que la célula supere el flujo natural del gradiente de concentración.