1. Corrosión: Muchos productos químicos tóxicos son corrosivos y pueden reaccionar con el metal, lo que hace que el tambor se degrade y la fuga. Esto plantea un grave riesgo de contaminación y daño ambiental.
2. Reacciones químicas: Algunos productos químicos pueden reaccionar con el metal mismo, formando subproductos potencialmente peligrosos. Esto puede conducir a explosiones, incendios o la liberación de gases dañinos.
3. Lixiviación: Ciertos productos químicos pueden filtrarse a través del metal, contaminando el entorno circundante. Esto es particularmente preocupante para el agua subterránea y el suelo.
4. Compatibilidad: No todos los metales son compatibles con todos los productos químicos. Algunos metales pueden ser disueltos o corroídos por sustancias específicas, lo que lleva a falla y derrames de contenedores.
5. Fuerza e integridad: Los tambores de metal pueden dañarse durante el manejo o transporte, lo que lleva a fugas y derrames. Esto es especialmente cierto para los tambores mayores o mal mantenidos.
6. Impacto ambiental: Los tambores de metal no se reciclan fácilmente y a menudo terminan en vertederos, lo que contribuye al desperdicio y la contaminación.
Alternativas a la batería de metal:
* tambores de polietileno: Estos son más resistentes a la corrosión y los productos químicos.
* tambores de fibra: Estos son livianos y ofrecen una buena resistencia química para ciertas sustancias.
* recipientes de vidrio: El vidrio es inerte y ofrece una excelente resistencia química, pero es más frágil que otros materiales.
Nota importante: Siempre consulte la Hoja de datos de seguridad del material (MSDS) para obtener productos químicos específicos para determinar el contenedor de almacenamiento y los procedimientos de manejo apropiados.