1. Polaridad:
* Las moléculas de agua son polares: Tienen un extremo ligeramente positivo (cerca de los átomos de hidrógeno) y un extremo ligeramente negativo (cerca del átomo de oxígeno). Esta polaridad permite que el agua interactúe con iones y moléculas cargados positiva y negativamente.
2. Enlace de hidrógeno:
* enlaces de hidrógeno fuertes: Las moléculas de agua forman fuertes enlaces de hidrógeno entre sí y con otras moléculas polares. Esto permite que el agua separe los enlaces que mantienen compuestos iónicos juntos, disolviéndolos.
3. Constante dieléctrica alta:
* Constante dieléctrica alta del agua: El agua debilita las fuerzas electrostáticas entre los iones, lo que les facilita separar y disolverse.
4. Cohesión y adhesión:
* Propiedades cohesivas y adhesivas: Las moléculas de agua se sienten atraídas entre sí (cohesión) y otras sustancias (adhesión). Estas propiedades permiten que el agua penetre en espacios e interactúe con las moléculas.
Ejemplos de la solvencia del agua:
* Salt (NaCl): El agua disuelve la sal rodeando los iones de sodio y cloruro con sus moléculas polares, separándolas.
* azúcar (C12H22O11): El agua disuelve el azúcar formando enlaces de hidrógeno con las moléculas de azúcar, debilitando los enlaces dentro de la estructura del azúcar.
* oxígeno y dióxido de carbono: Si bien son menos solubles, estos gases todavía se disuelven en agua, cruciales para la vida acuática.
Nota importante: No todo se disuelve en el agua. Las sustancias como las grasas y los aceites no son polares y no se disuelven fácilmente en el agua.
En resumen: Las propiedades únicas de la polaridad del agua, la unión de hidrógeno, la alta constante dieléctrica y las fuerzas cohesivas/adhesivas lo convierten en un poderoso solvente para una amplia variedad de sustancias, lo que le vale el título de "solvente universal".