* etanol: Este es el ingrediente principal en las bebidas alcohólicas, y sus efectos en el cerebro son los que conducen a los sentimientos iniciales de placer y relajación. El etanol actúa sobre el sistema nervioso central, que afecta a los neurotransmisores como la dopamina, GABA y el glutamato.
* dopamine: El etanol desencadena la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Esto lleva a un efecto de refuerzo, lo que hace que las personas tengan más probabilidades de repetir el comportamiento (beber).
* GABA y glutamate: El etanol afecta a estos neurotransmisores, lo que lleva a una reducción de la ansiedad y un aumento en los sentimientos de relajación.
* Factores genéticos: Algunas personas están genéticamente predispuestas a la adicción, que tienen variaciones en los genes que influyen en cómo sus cerebros procesan el alcohol.
* Factores ambientales: El estrés, el trauma, las influencias sociales y la disponibilidad de alcohol juegan un papel en el desarrollo de la adicción.
Es importante entender que la adicción al alcohol es una enfermedad compleja, y no hay una sola "química adictiva". Es una combinación de factores que trabajan juntos para hacer que el consumo de alcohol sea compulsivo e incontrolable para algunas personas.