1. Viento: Los vientos que soplan a través de la superficie del océano crean fricción, empujando el agua. Esto es particularmente significativo para crear corrientes superficiales como la corriente del Golfo.
2. Gravedad: La gravedad juega un papel en el movimiento del agua, lo que lo lleva desde áreas de alta elevación a áreas de baja elevación. Esto puede suceder a través de Tides , que son causados por la atracción gravitacional de la luna y el sol en los océanos de la tierra.
3. Diferencias de densidad: La densidad del agua varía según la temperatura y la salinidad (contenido de sal). El agua más densa (más fría y/o más salada) se produce, mientras que el agua menos densa (más cálida y/o menos salada) aumenta. Esto crea circulación termohalina , un sistema de corriente oceánica profunda que transporta calor y nutrientes en todo el mundo.
4. Rotación de la Tierra: La rotación de la Tierra desvía objetos en movimiento, incluidas las corrientes oceánicas. Este efecto, conocido como el efecto Coriolis, hace que las corrientes en el hemisferio norte se curven a la derecha y las corrientes en el hemisferio sur se curven hacia la izquierda.
5. Topografía: La forma del fondo del océano, incluidos los estantes continentales y las montañas submarinas, puede influir en las corrientes oceánicas dirigiendo su flujo y creando remolinos.
Estos factores se combinan para crear una amplia y dinámica red global de corrientes oceánicas que transportan calor, nutrientes y organismos alrededor del planeta, impactando significativamente el clima, los patrones climáticos y los ecosistemas marinos.