* Energía y interrupción térmica: El calor proporciona energía térmica a los átomos de hierro. Esta energía les hace vibrar más vigorosamente, interrumpiendo la alineación de sus momentos magnéticos.
* Movimiento de la pared del dominio: Los límites entre los dominios magnéticos (paredes de dominio) se vuelven más móviles con una mayor energía térmica. Esto lleva a los dominios que crecen y se reducen, reduciendo aún más la magnetización general.
* Pérdida del ferromagnetismo: A medida que aumenta la temperatura, el material finalmente pasa de un estado ferromagnético (propiedades magnéticas fuertes) a un estado paramagnético. En el estado paramagnético, los momentos magnéticos están orientados al azar, y el material ya no exhibe una fuerte magnetización neta.
En términos más simples:
Imagine los dominios magnéticos como pequeños imanes dentro de la uña de hierro. Cuando están fríos, estos imanes están en su mayoría alineados, creando un campo magnético fuerte. A medida que el clavo se calienta, los pequeños imanes comienzan a empujar y perder su alineación, debilitando el campo magnético general.
Nota importante: La temperatura de Curie es la temperatura específica a la que un material ferromagnético pierde su ferromagnetismo y se vuelve paramagnético. Para el hierro, esta temperatura es de alrededor de 770 ° C (1418 ° F).