1. Densidad :Los metales no ferrosos generalmente tienen una densidad más ligera en comparación con los metales ferrosos. Por ejemplo, el aluminio tiene una densidad de alrededor de 2,7 gramos por centímetro cúbico (g/cm³), mientras que el hierro tiene una densidad de 7,87 g/cm³.
2. Fuerza :Los metales no ferrosos pueden variar desde ser tan blandos como el plomo hasta tan fuertes como el titanio. Por ejemplo, las aleaciones de cobre y aluminio pueden alcanzar altos niveles de resistencia sin dejar de ser livianas.
3. Resistencia a la corrosión: Muchos metales no ferrosos tienen una excelente resistencia a la corrosión, lo que los hace adecuados para ambientes exteriores o marinos. Los ejemplos incluyen aluminio, cobre y titanio.
4. Conductividad eléctrica y térmica :Los metales no ferrosos son generalmente buenos conductores de electricidad y calor. El cobre y el aluminio se encuentran entre los metales más utilizados para el cableado eléctrico debido a su excelente conductividad y su costo relativamente bajo.
5. Maleabilidad y Ductilidad: Muchos metales no ferrosos son maleables y dúctiles, lo que significa que se les puede moldear o estirar fácilmente en diversas formas sin romperse. Los ejemplos incluyen cobre, oro, plata y aluminio.
6. No magnético: A diferencia de los metales ferrosos, los metales no ferrosos no presentan propiedades magnéticas. Esto los hace adecuados para aplicaciones donde el magnetismo no es deseable o donde se requieren materiales no magnéticos.
7. Propiedades especiales: Ciertos metales no ferrosos poseen propiedades únicas que los hacen valiosos para aplicaciones específicas. Por ejemplo, el titanio es muy resistente a la corrosión y a las altas temperaturas, mientras que el berilio tiene una excelente estabilidad dimensional y una alta conductividad térmica.
8. Biocompatibilidad: Algunos metales no ferrosos, como el titanio y ciertas aleaciones de acero inoxidable, son biocompatibles y pueden usarse en implantes o dispositivos médicos.
9. Toxicidad: Algunos metales no ferrosos pueden ser tóxicos, especialmente cuando se inhalan en forma de humos o polvo. Se deben seguir medidas y regulaciones de seguridad adecuadas al trabajar con dichos metales para minimizar cualquier riesgo potencial para la salud.
10. Reciclabilidad: Muchos metales no ferrosos son reciclables, lo que permite recuperarlos y reprocesarlos para obtener nuevos productos, lo que contribuye a la sostenibilidad y reduce la necesidad de producción de metales primarios.
En general, los metales no ferrosos ofrecen una amplia gama de propiedades y aplicaciones, lo que los hace indispensables en diversas industrias y sectores, incluidos el transporte, el aeroespacial, la construcción, la electrónica, la energía y los bienes de consumo.