Cuando una sustancia reacciona con el oxígeno, su composición química cambia. Esto se debe a que los átomos de oxígeno se unen con átomos de la otra sustancia, formando nuevos compuestos. Por ejemplo, cuando el hierro se expone al oxígeno, se oxida. Esto se debe a que los átomos de hierro reaccionan con los átomos de oxígeno para formar óxido de hierro, que es un compuesto nuevo.
Los cambios físicos, por otro lado, no cambian la composición química de una sustancia. Por ejemplo, cuando el agua se congela, cambia de líquido a sólido, pero la composición química del agua no cambia.