- Las variaciones de densidad en la atmósfera se deben principalmente a diferencias de temperatura y presión. El aire más cálido es menos denso que el aire más frío y el aire a mayor presión es más denso que el aire a menor presión. Estas variaciones de densidad dan lugar a fuerzas de flotabilidad que impulsan la circulación atmosférica.
- Las diferencias de densidad crean gradientes de presión, que son la fuerza impulsora de los vientos. El aire se mueve desde áreas de mayor presión a áreas de menor presión, y la velocidad del viento aumenta a medida que aumenta el gradiente de presión.
- La densidad también afecta a la estructura vertical de la atmósfera. El aire caliente asciende y el aire frío desciende, lo que da lugar a la formación de corrientes de convección. La convección juega un papel crucial en el desarrollo de nubes y precipitaciones.
Rotación:
- La rotación de la Tierra introduce una fuerza conocida como fuerza de Coriolis, que desvía las masas de aire en movimiento hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur.
- La fuerza de Coriolis es responsable de los patrones de circulación a gran escala observados en la Tierra, como los vientos alisios, los vientos del oeste y los vientos polares del este.
- La fuerza de Coriolis también influye en el desarrollo y movimiento de sistemas meteorológicos, como ciclones y anticiclones.
- Cerca del ecuador, donde la fuerza de Coriolis es débil, otras fuerzas se vuelven más dominantes, lo que lleva a la formación de patrones de circulación atmosférica únicos, como las células de Hadley y la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT).