La metanogénesis es un proceso natural que ocurre en muchos ambientes, incluidos humedales, vertederos y sistemas digestivos de animales. Sin embargo, las actividades humanas también pueden aumentar la producción de gas metano. Por ejemplo, la quema de combustibles fósiles libera dióxido de carbono a la atmósfera, que luego las bacterias pueden convertir en metano. Además, la tala de bosques y el drenaje de humedales también pueden liberar gas metano a la atmósfera.
El metano es un potente gas de efecto invernadero y uno de los principales contribuyentes al cambio climático. Por lo tanto, es importante comprender las fuentes del gas metano y tomar medidas para reducir sus emisiones.