El oxígeno es una molécula pequeña, descargada e hidrofóbica que es esencial para la respiración celular. Las moléculas de oxígeno pueden difundirse a través de la membrana plasmática y hacia el citoplasma de las células. Una vez dentro del citoplasma, las moléculas de oxígeno se pueden utilizar para generar ATP, la moneda energética de la célula.
El dióxido de carbono es una molécula pequeña, descargada e hidrófoba que se produce como producto de desecho de la respiración celular. Las moléculas de dióxido de carbono pueden difundirse a través de la membrana plasmática y salir del citoplasma de las células. Una vez fuera del citoplasma, las moléculas de dióxido de carbono pueden transportarse a los pulmones y exhalarse.