La membrana celular es una bicapa de fosfolípidos, lo que significa que está formada por dos capas de fosfolípidos. Los fosfolípidos son moléculas que tienen una cabeza hidrofílica (que ama el agua) y una cola hidrofóbica (que odia el agua). Las cabezas hidrofílicas miran hacia afuera, donde interactúan con el agua, y las colas hidrofóbicas miran hacia adentro, donde interactúan entre sí.
Las moléculas solubles en lípidos son moléculas que pueden disolverse en lípidos. Esto significa que pueden interactuar con las colas hidrofóbicas de los fosfolípidos en la membrana celular. Las moléculas de agua, por el contrario, no pueden disolverse en lípidos. Esto significa que no pueden interactuar con las colas hidrofóbicas de los fosfolípidos en la membrana celular.
Debido a que las moléculas liposolubles pueden interactuar con las colas hidrófobas de los fosfolípidos en la membrana celular, pueden difundirse hacia el interior de la célula más rápidamente que las moléculas de agua. Las moléculas de agua deben pasar a través de las cabezas hidrofílicas de los fosfolípidos para poder ingresar a la célula, lo cual es un proceso más lento.