El proceso por el cual el hielo se transforma en vapor de agua sin convertirse primero en agua líquida se llama sublimación. Durante la sublimación, el hielo libera energía en forma de calor y se transforma directamente en moléculas de agua gaseosas. La sublimación ocurre cuando las moléculas en la superficie del hielo absorben suficiente energía para superar los enlaces que las unen a otras moléculas de agua y ganan energía cinética, liberándose para formar vapor de agua. Este proceso ocurre principalmente en ambientes con una temperatura y humedad relativa inferiores al punto de sublimación de equilibrio, lo que permite que las moléculas con suficiente energía escapen directamente del hielo.