El concepto fundamental de la valoración redox implica la transferencia de electrones entre los reactivos. La especie que se oxida actúa como agente reductor, donando electrones a la especie que se reduce, que actúa como agente oxidante. Durante la valoración, el agente oxidante (titrante) se añade gradualmente a la solución que contiene el agente reductor (analito) hasta que la reacción alcanza un punto en el que los reactivos son químicamente equivalentes. Este punto de equivalencia se caracteriza por un cambio repentino en las propiedades de la solución, como cambio de color o diferencia de potencial, que indica la reacción completa de los reactivos.
Para realizar una valoración redox, se elige un indicador redox adecuado. El indicador sufre un cambio de color u otra transformación visible en el punto de equivalencia o cerca de él. Esto ayuda a determinar visualmente cuándo se completa la reacción.
La relación entre la concentración del analito y el valorante se puede establecer mediante estequiometría. Conociendo la concentración del valorante y el volumen requerido para alcanzar el punto de equivalencia, es posible calcular la concentración del analito utilizando la ecuación química balanceada para la reacción redox.
La teoría de la valoración redox es importante en el análisis químico cuantitativo, ya que permite la determinación precisa de la concentración de varios compuestos en solución. Encuentra aplicaciones en una amplia gama de campos, incluido el monitoreo ambiental, el análisis farmacéutico, las pruebas de alimentos y el control de calidad industrial.