Esto se debe a que la solubilidad del oxígeno en agua disminuye a medida que aumenta el pH. En otras palabras, a medida que el agua se vuelve más básica, puede contener menos oxígeno.
Esto puede tener varios efectos negativos en la vida acuática, ya que el oxígeno es esencial para la respiración. Los peces, por ejemplo, pueden estresarse o incluso morir si los niveles de oxígeno en el agua son demasiado bajos.
El aumento del pH también puede provocar la formación de floraciones de algas nocivas, ya que algunos tipos de algas prosperan en condiciones de pH alto. Estas floraciones pueden producir toxinas que pueden dañar la vida acuática y a los humanos.
La relación entre el pH y los niveles de oxígeno es compleja y existen varios factores que pueden afectar la solubilidad del oxígeno en el agua. Sin embargo, la tendencia general es que a medida que aumenta el pH, los niveles de oxígeno disminuyen. Esto puede tener una serie de efectos negativos en la vida acuática y es importante ser consciente de esta relación al gestionar la calidad del agua.