La sal (cloruro de sodio) no se descompone en el cuerpo para liberar oxígeno. Cuando se consume sal, se disocia en iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), que luego son transportados y utilizados por diversas células y tejidos del cuerpo. El oxígeno, por otro lado, se obtiene principalmente a través del proceso de respiración, donde se toma del aire y se transporta a las células a través del sistema circulatorio.