Además, 15 grados Celsius es la temperatura estándar para la mayoría de las transacciones de la industria petrolera. Esto significa que cuando compradores y vendedores negocian un contrato para la venta de productos petrolíferos, normalmente utilizarán 15 grados centígrados como temperatura de referencia. Esto ayuda a garantizar que tanto el comprador como el vendedor estén en sintonía sobre la cantidad y calidad del producto que se vende.
En algunos casos, los productos derivados del petróleo pueden convertirse a una temperatura diferente si lo requiere la aplicación específica. Por ejemplo, si un producto derivado del petróleo se utiliza en un clima frío, se puede convertir a una temperatura más baja para garantizar que permanezca en estado líquido.